Perspectivas ambientales sobre el cultivo de aguacate en Michoacán: protección de la fauna y desarrollo sostenible

Introducción

La expansión acelerada del cultivo de aguacate en el Estado de Michoacán ha desencadenado no solo una revolución económica, beneficiando principalmente a los productores de dicho fruto, sino que, además, dicho fenómeno económico ha tenido un profundo impacto en los ecosistemas locales, afectando gravemente a la fauna de dicho Estado.

Este fenómeno económico, desencadenado por la creciente demanda de aguacate a nivel mundial, ha transformado grandes extensiones de territorio boscoso; a raíz de lo anterior, el crecimiento de la producción de aguacate ha provocado cambios significativos en estos ambientes, provocando el desplazamiento y pérdida de diversa fauna.

Siendo que, en la presente investigación se refiere que es imperativo adoptar un enfoque integral que considere la interacción entre factores económicos, ambientales y sanitarios, lo cual permita abordar los desafíos planteados por la expansión desmedida del cultivo del aguacate, por lo que se refiere que es crucial encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente, así como la promoción de prácticas agrícolas sostenibles que minimicen el impacto negativo en la biodiversidad y la salud de las comunidades locales.

Desarrollo

Inicialmente, Luna (2020) señala que Michoacán tiene en riesgo 415 especies de flora y fauna que pueden estar en peligro de extinción por el cambio de uso de suelo para el cultivo de aguacate y el tráfico ilegal para explotación comercial.

Se considera que la transformación más perjudicial para las especies es el ilegal cambio de uso de suelo en el Estado. Esta práctica ha ido incrementando con el paso del tiempo en el Estado de Michoacán, cuya modificación se ha dado para transformar zonas boscosas en suelos con propósitos agrícolas. Otro factor es que el uso de pesticidas, usado para el cultivo del aguacate, conlleva directamente al desplazamiento o la muerte de varias especies.

Añadido a lo anterior, Hernández et al. (2013) señalan que:

La década en que más rápido se expandió la superficie aguacatera fue la de los años 80, y para 1986 Michoacán ya representaba el 62% de la superficie nacional de aguacate. Este desmesurado avance en tan solo seis años fue a costa no solo de cambios en el patrón de cultivos agrícolas, sino también de pérdida de cobertura forestal. La disponibilidad de datos respecto a las pérdidas netas de superficie forestal por cambio de uso de suelo a huertas de aguacate es muy restringida, sin embargo, a través de datos indirectos se puede inferir parcialmente la magnitud de este proceso.

En ese sentido, Bocco y Mendoza (1999) reportan que, del 74% de la superficie de bosque templado presente en Michoacán durante 1970, el 74% se había perdido para el 2008; además, el 40% de esta superficie pertenecía a la meseta purépecha, lugar donde se asienta el principal núcleo productivo de aguacate en el estado.

En concordancia con lo anterior, Climate Rights International, (2023), establece que:

Prácticamente la totalidad de la deforestación para la producción de aguacate en Michoacán y Jalisco ocurrida durante las últimas dos décadas se llevó a cabo en contravención al derecho penal federal de México, que prohíbe el “cambio de uso de suelo” de terrenos forestales para destinarlos a la producción agrícola sin autorización del gobierno. El delito adicional consistente en provocar incendios forestales de manera deliberada a menudo facilita la deforestación. La conversión de bosques naturales en huertas de aguacate libera gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento climático, y además reduce el almacenamiento de carbono y menoscaba la biodiversidad y la recuperación de los acuíferos.

Debido a lo anterior, se señala que la pérdida de bosques en el Estado de Michoacán de Ocampo conlleva la degradación y fragmentación de los hábitats naturales, lo cual deja a muchas especies sin refugio y recursos necesarios para su supervivencia.

En seguimiento, se menciona que la deforestación conlleva repercusiones negativas en el equilibrio hídrico de la región, lo que afecta la disponibilidad de alimentos para la fauna; de esa manera, contribuye como un factor negativo ocasionando el desplazamiento y disminución de poblaciones animales en la región.

Siendo lo anterior, se considera que existe una relación directa entre la expansión del cultivo de aguacate, la pérdida de zonas boscosas y el impacto en la fauna, por lo que a causa de dicha problemática, se considera urgente el incluir el impacto ambiental en la agenda pública y buscar mecanismos que impidan que dicho fenómeno económico, como lo es el cultivo del aguacate en el estado, siga afectando a la fauna local.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Monitoreo Forestal (SNMF, por sus siglas), en el estado de Michoacán, de 2001 al 2018 se deforestaron 269,676 hectáreas equivalentes a 14,982 ha/año de tierras deforestadas (Comisión Nacional Forestal / Gerencia de Sistema Nacional de Monitoreo Forestal, diciembre 2022).

De lo expuesto, se resalta que no se ha dado la importancia necesaria al daño causado por la plantación desmedida del aguacate, ya que solo se han visto los beneficios económicos que ha generado dicho fruto, pero sin ponderar el daño ambiental.

Es por ello, que se planeta que las anteriores afectaciones, no solamente tienen implicaciones ambientales, sino que también conlleva preocupaciones significativas en materia de la salud pública, ya que la deforestación masiva y el cambio de uso de suelo, son factores que contribuyen en la pérdida de hábitats naturales, lo que aumenta el contacto entre la fauna silvestre y la población, por lo que dicha interacción puede favorecer la transmisión de enfermedades zoonóticas, lo cual se puede considerar como un riesgo para la población de las comunidades donde se han perdido regiones forestales.

Siendo que, además, el uso de pesticidas en las plantaciones de aguacate puede contaminar el agua y el suelo, lo cual conlleva una afectación en el uso humano de dichos recursos, por lo que se subraya en la necesidad de una gestión ambiental que sea sostenible tanto a nivel ambiental como económico.

En riesgo 415 especies de flora y fauna que pueden estar en peligro de extinción por el cambio de uso de suelo para el cultivo de agua

Por otro lado, Gómez-Sánchez & Salgado-Ortiz, s.f., señalan que:

Los cambios en el paisaje como consecuencia del aumento en el cultivo de aguacate, afectan de distinta manera a las diferentes especies, y la merma de éstas por efecto de la conversión del paisaje, se relaciona con la pérdida de servicios ecosistémicos debido a que diversas especies, como por ejemplo las controladoras de insectos y roedores, al no consumir las grandes cantidades de este alimento por su ausencia, pueden causar daños severos a los cultivos y a los humanos.

Otras especies, como la codorniz coluda transvolcánica, especialista de bosque, es de gran importancia para la conservación, además que es una especie endémica de México actualmente amenazada por la pérdida de su hábitat.

En el caso específico de la producción de aguacate en el Estado de Michoacán es importante considerar que dicha actividad ha tenido un impacto significativo en el medio ambiente local, tal como se define en la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental, 2021, en especial en el artículo 2°, fracción III, disposición normativa que establece lo siguiente:

Artículo 2o.- Para los efectos de esta Ley se estará a las siguientes definiciones, así como aquellas previstas en la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, las Leyes ambientales y los tratados internacionales de los que México sea Parte. Se entiende por:

III. Daño al ambiente: Pérdida, cambio, deterioro, menoscabo, afectación o modificación adversos y mensurables de los hábitats, de los ecosistemas, de los elementos y recursos naturales, de sus condiciones químicas, físicas o biológicas, de las relaciones de interacción que se dan entre éstos, así como de los servicios ambientales que proporcionan. Para esta definición se estará a lo dispuesto por el artículo 6o. de esta Ley;

Según la normativa anterior, existe un daño al ambiente ya que el cultivo de aguacate requiere mucha agua, como señalan diversos estudios.

Tal como lo señala De la Vega, 2022, la cual refiere que el árbol de aguacate tiene un sistema de raíces poco profundas que se necesita regar con poca agua, pero que se necesita agua de buena calidad. En los días más cálidos del verano, se debe regar cada 7 o 10 días; con un sistema de goteo, el árbol puede necesitar de 45 a 60 galones de agua por día dependiendo de la zona climática y de las características del suelo.

Por lo anterior, se considera prioritaria la creación de mecanismos que permitan ponderar el daño ambiental generado por dicho cultivo y las ganancias que obtiene los productores de dicho fruto, por lo cual se debe generar una imposición económica a los productores de aguacate en relación con el daño ambiental que ocasionan por el cultivo desmedido del aguacate, lo anterior en apego al principio quien contamina paga.

La restauración ecológica y la adopción de medidas que protejan la conservación de la fauna en el Estado de Michoacán de Ocampo son cruciales para revertir los daños causados al entorno natural, por lo que es necesario la implementación de medidas de restauración que busquen recuperar la funcionalidad de los ecosistemas degradados por el cultivo desmedido del aguacate, buscando así promover la regeneración de la flora y fauna afectadas, y restablecer el equilibrio ecológico, aspectos que contribuyen no solamente a la conservación de la biodiversidad, sino también a la mejora de la calidad del aire, agua y suelo, y al fortalecimiento de la resiliencia de los ecosistemas frente a los impactos del cambio climático.

Por otro lado, Arellano, (2021), indica que es necesario generar opciones de protección integral con apoyo de otras instancias del estado y la federación en torno a la reducción gradual de fauna silvestre y flora, ante el crecimiento de las fronteras urbanas y de las actividades agrícolas a costa de espacios naturales. Se adhiere a lo antes señalado, ya que se considera prioritario que no solamente se busquen opciones para remediar y mitigar el daño ocasionado, si no que se implementen mecanismos de protección a la fauna afectada.

En el mismo sentido, se comparte la idea establecida por De la Torre Torres (2021), autora la cual establece que es necesario reconocer una tercera categoría dentro del derecho civil, la cual funciona como intermediario entre las personas y las cosas que permita incluir a los demás animales en la esfera protectora de los derechos es una alternativa que vale la pena explorar.

Dicha idea, que se incorpora al presente trabajo, señala que se debe explorar la tercera categoría y reconocer una esfera protectora a la fauna que ha sido desplazada por el cultivo desmedido del aguacate en el Estado de Michoacán de Ocampo.

Es por ello que se considera necesario implementar los mecanismos antes señalados, pues tienen por finalidad la regulación del comportamiento de todos los agentes que interactúan; a saber: productores de aguacate, individuos y gobierno; y, con ello, poder regular las actividades ambientales que conlleva la producción de aguacate en el Estado

Conclusiones

Finalmente, se concluye que la expansión desmedida del cultivo del aguacate en Michoacán, ha generado una serie de impactos negativos en materia ambiental y de salud pública, ya que el cambio de uso de suelo y la deforestación asociada con dicha actividad han provocado la pérdida de hábitats naturales, lo que aumenta el contacto entre la fauna silvestre y las poblaciones humanas.

En dicho sentido, es evidente la necesidad de una gestión ambiental sostenible que permita el equilibrio entre el desarrollo económico con la preservación del medio ambiente y la salud pública, por lo que se debe adoptar un enfoque integral, el cual considere la interacción entre factores económicos, ambientales y sanitarios, por lo que se deben abordar dichos desafíos, permitiendo la sostenibilidad ambiental en materia agrícola, especialmente en la producción del aguacate.

Siendo que debe prevalecer el equilibrio entre producción y medio ambiente ya que, como se ha señalado con anterioridad, existen normativas tanto a nivel federal como a nivel estatal que protegen la biodiversidad del Estado de Michoacán de Ocampo.

En resumen, la implementación de mecanismos que busquen restaurar y mitigar el daño a la biodiversidad del Estado de Michoacán de Ocampo son fundamentales y prioritarios, ya que se tiene que hacer conciencia sobre los daños ocasionados al sistema ambiental del Estado de Michoacán de Ocampo.

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